Una de las cosas que últimamente me están pasando es la de abrir un vino con cierta antelación a su consumo, procuro que sea una hora antes de beberlo, y encontrarme con que no estaba del todo bueno. Conocido en el argot como «pesado». Hasta ahí todo es relativamente normal, lo que sí es extraño y novedoso para mí es que al día siguiente habiendo pasado la noche en la nevera, lo saco y curiosamente el vino había ganado. Se ha equilibrado. Será cosa de magia? No lo sé y os invito, si sabéis el porqué, a que me lo contéis
Es el caso del vino que hoy os presento y no es el único ya que como os he comentado me suele ocurrir.
Pinna Fidelis 2015 roble D.O. Ribera del Duero es uno de los casos, entre otros, se lo que os he contado. Inicialmente un vino de uva tinta del país con 8 meses de barrica potente, con cuerpo y fondo tostado que al día siguiente fue suavizandose y, desde mi punto de vista, haciéndole más suave y equilibrado. Servir a 16° – 18°. Maridar con quesos curados, guisos o asados. Precio 5,50 €. Ya sabéis abrirlo un día antes.
No se a que te refieres exactamente con «pesado». En cuálquier caso si lo has metido en la nevera de casa, una nevera normal suele estar a 4 o 5 grados, demasiado frío para un vino. A esa temperatura se esconden tanto los aromas como los defectos.
Hola cataencasatf. Gracias por tu comentario. Con «pesado» me refiero a desequilibrado, con exceso de alcohol. Cierto es que un vino ha de oxigenase, más cuando es un vino con un cierto periodo de evolución en botella. En el caso de este en concreto, es un vino joven que va de la barrica a embotellado y de ahí al consumo, quizá por eso no le ha dado tiempo a madurar lo suficiente, equilibrarse y expresarse como realmente es. Al día siguiente le saco de la nevera con antelación al consumo y espero a que alcance la temperatura óptima de consumo y ahí es cuando se expresa, con sus defectos y virtudes.
Y lo que estaba es cerrado, pues normal que necesite oxigeno. Magia poca