Como cada primer sábado de mes la Cámara Agraria de Madrid abre sus puertas. Un atípico mercado de entrada gratuita en el que sus visitantes pueden comprar productos llegados de diferentes localizaciones de la comunidad de Madrid. Es una versión reducida del que ya os hablé que se realiza en Matadero de Madrid. Ambos una buena manera de conocer directamente los productos y sus productores sin moverse del mismo recinto. En nuestro caso los vinos de Madrid.
Paseando por su reducido pero organizado patio, es alrederdor de éste donde encontramos los diferentes puestos. Aceites de oliva en sus diferentes calidades y aderezados con aromas, carnes de vacuno o cerdo ibérico (novedad para mí saber que en la región se cría esta raza de porcinos), variedades de miel y té, destilados, y por supuesto vinos de Madrid.
La mejor manera de ir probando los diferentes vinos que se producen en la Comunidad, es adquirir en la entrada del recinto un vale de cata. Por la módica cantidad de 2 €, tenemos la posibilidad de catar 3 vinos, y cosa que se agradece, en copa de cristal. No es una tulipa de borgoña, pero suficiente para cubrir el expediente. En el mismo puesto también podemos acompañar los vinos adquiriendo un vale de tapa por 1 € la unidad. Precios realmente populares y asequibles.
Varias son las bodegas presentes en esta primera cita del año, concretamente ocho de las 44 adscritas a la denominación Vinos de Madrid, una pequeña representación de las tres subzonas (Arganda, Navalcarnero y San Martín). Que mejor manera de empezar nuestro particular recorrido vinícola con un vino blanco de las Bodegas Castillo de Salvanés. Fruta blanca, frescura y fácil de beber son los principales atributos de Castillo de Salvanés Malvar, que también sorprende por su 1,5 € la botella.
Tras degustar este vino blanco con una tapa de pincho de tortilla de patata, rica pero algo fría para mi gusto, nos acercamos a Las Moradas de San Martín. Ya hablamos de su vino Initio Garnacha 2010, esta vez, y ya pasamos al tinto, hacemos uso del segudo ticket para probar La Sabina 2010, del que solamente os cuento que no se le ha añadido sulfuroso en ninguno de los procesos de elaboración, ya que tengo una botella para catarlo tranquilamente en casa. Os contaré.
Para terminar esta mini ruta por el mercado nos acercamos a Vinos Jeromín. Ultimo ticket para Grego Tempranillo&Syrah con una tapa de cocido, muy rico por cierto. No le cojo el punto a este vino, sinceramente no me gustó, y no solo a mí (eramos cuatro). Alcohólico y algo desequilibrado. La próxima visita daremos una vuelta y probaremos otro a ver que tal. Hay que darle otra oportunidad. Creo que es de justicia.
Un buen día, soleado y una buena oportunidad para cercarse a los productos de la región, y los vinos de Madrid, a precios populares. Y de paso hacer algo de compra.