Vino y hielo siempre han tenido una relación un tanto controvertida. El calor nos invita a enfriar nuestras bebidas. Es recomendable poner hielo al vino?
Llegadas esta fechas el calor aprieta, pedir un vino servido correctamente se puede hacer tarea complicada. Varios artículos publicados con anterioridad en el blog en los que ya os avisaba de esta falta más común de lo que los amantes y consumidores de vino deseáramos (enlace aquí). El vino requiere sea cual sea la época del año de una temperatura de servicio. Ni más frío por ser verano, ni más caliente en el invierno.
Llegar acalorado sufriendo los azotes del verano, pedir un vino y encontrarnos que está demasiado caliente o demasiado frío es algo por desgracia bastante habitual. En algunos locales suelen tener por estas fechas el vino en nevera, y en el mejor de los casos en cubiteras con hielo, esto último está muy bien para los vinos blancos, pero baja en demasía los grados de consumo en tintos.
Vinos servidos muy fríos…….
Ante la primera situación, la de un vino demasiado frío, como solución sólo nos queda esperar, mirar al tendido o entablar una conversación a la espera que el vino alcance la temperatura adecuada para consumirlo. En los blancos esto no suele ocurrir por ser esta más baja, pero que en tintos se ha de corregir. Un tinto frío pasará por nuestro gaznate con más pena que gloria ya que no apreciaremos sus virtudes.
Vinos servidos muy calientes……
Si por el contrario el vino está demasiado caliente, tónica habitual en los tintos, tenemos varias opciones. Vino y hielo es lo primero que se nos viene a la cabeza. Error. Esta debería ser la última de las opciones. Cuando echamos hielo al vino lo estamos aguando, a su vez reducimos graduación alcohólica y sabores, algo que en ciertos vinos, sobre todo de baja calidad, igual hasta los mejora, pero que en vinos de calidad sacrifica parte de sus bondades. Personalmente no disfruto de un vino con una sensación aguada. Ante esta situación es preferible solicitar una cubitera (agua y hielo) o una camisa de frío para enfriarlo.
De la relación vino y hielo ya se hablaba en el S. VIII a.c. Cierto es que el vino que consumía en la antigua Grecia de Homero distaba del que hoy podemos consumir, pero ya en su obra La Odisea hacía referencias a esta práctica que tras 28 siglos sigue teniendo defensores y detractores. Una práctica que no debería de ser motivo de discusión si el vino se sirviera a su correcta temperatura.
Luego vendrán los gustos particulares, los cuales para un consumo que se realiza en el hogar son fáciles de satisfacer, basta con tener el vino a la temperatura que cada uno prefiera, pero que en locales ha de ser la recomendada según el tipo de vino. Como he comentado y defiendo, no soy partidario de echarle hielo al vino, defensa que es para su consumo directo.
La excepción……
Ahora, si se va a combinar es otro cantar. Vino y hielo más casera o limón son santo de mi devoción. Un buen tinto de verano ya sea con gaseosa o limón es imprescindible que lleve hielo, y mucho a ser posible. Para ello, y es una opinión personal, es conveniente usar vinos de baja o media calidad, o bien alguno de cualquier calidad que no nos halla gustado previamente. Si el vino tiene cierta calidad prefiero consumirlo directamente. Aquí la relación es más bien de amor.
Muchas gracias por tus consejos, siendo éste tan adecuado además a las fechas en que estamos. Yo doy mucha importancia a la temperatura del vino, y me parece más grave el vino caliente que algo frío. Un poco frío, no excesivamente, es cosa de esperar, pues si se trata de un vino joven ya se puede beber muy bien a 13 grados y la temperatura ambiente va a ayudar a que suba un poco más la temperatura del vino. Un vino caliente es peor, porque si su temperatura es de de 22 grados y la del ambiente es de 23, no va a bajar. Yo en esos casos lo meto en el frigo, que me informé que baja su temperatura a razón aproximada de un grado cada cinco minutos, con lo cual, si es un reserva bastaría con que estuviera en el frigo media hora o poco más. Es cosa de calcular. Un saludo.