
Los envases para vino se han adaptado a las necesidades a lo largo de la historia. Unos todavía perduran, otros desaparecieron, y llegan nuevos para quedarse, o quizás no?
Si nos preguntan por un envase para vino la primera imagen que se nos viene a la cabeza es la botella de vidrio, y más concretamente a la más común de 75 cl. Tiempo atrás, y esta misma pregunta, la respuesta variaba según la época en la que nos encontráramos. Envasar el vino no es fácil, por lo menos en un tiempo en el que la tecnología no estaba al alcance, ya que son varias las condiciones que una buena conservación del mismo requiere. Evitar el contacto del vino con el oxígeno para evitar su oxidación, que el contenedor sea resistente al transporte y que el propio envase no interactúe con el propio vino, es decir, que este no afecte a su olor, sabor y a la propia conservación. Además, este debe ser estanco para evitar pérdidas o la contaminación por agentes externos. ...